Ha llegado el momento de recoger los adornos de Navidad y colocarlos, con cuidado y mimo, uno a uno, en una caja de cartón grande. Recoger los adornos y elementos de una festividad tiene la misma importancia que el hecho de sacarlos y disponerlos, uno a uno también, en el lugar del hogar que escojamos, pues forma parte del Ritual de cierre de una celebración.
Cerrar, dar por acabada, una etapa o periodo de tiempo, es importante para los niñxs y hay que hacerlo bien. Se cierra una etapa y se abre otra. Y siempre lo hacemos con cariño, cuidando los objetos y materiales, pues ellos nos han aportado luz y calidez en el momento determinado y el año próximo lo volverán a hacer.
Nosotrxs, en casa, cogemos papel de diario y envolvemos cada una de las figuras del belén, de esta manera se genera además la expectativa bonita del momento en el que, antes de Navidad, vamos abriendo paquetitos sin saber cuál será la figura que cada uno colocará. Esto es un Ritual, pues se sucede de manera periódica, de año en año, y siempre lo hacemos igual. Además, tanto para abrir como para cerrar ponemos un hilo musical bajito que nos acompaña, canciones del tiempo, música instrumental y clásica, una lista de reproducción especial para el momento.
Recordemos que lxs niñxs necesitan rutinas y hábitos establecidos para crear una estructura interior fuerte, necesitan una vida sencilla pero regular, de esta manera generan la seguridad interior necesaria para poder crecer plenamente, en todos los aspectos de la palabra (física, emocional y espiritualmente).
Ahora, con los adornos guardados, después de haberles agradecido mediante el cuidado y la delicadeza su función en nuestro hogar durante este tiempo, nos queda un espacio libre en el que podemos, de nuevo, abrir la puerta para celebrar el frío y la oscuridad del invierno que estamos viviendo.
A este espacio en el que celebramos las energías propias del invierno con los niñxs lo llamamos mesa de estación. El tiempo pasa, se suceden los días y los meses, y es recomendable que sea el mismo espacio siempre, el que nos va mostrando este paso, este cambio natural de la rueda del tiempo y de la vida.
Después de limpiar con esmero el lugar, pues sabemos que dónde hay figuras y elementos pequeños, dispuestos, se acumula el polvo, dejamos el espacio vacío por un par de días. La limpieza de este espacio también es una actividad familiar, un momento que forma parte del Ritual de cierre, pues antes de colocar algo nuevo hay que tener el espacio preparado, limpio, listo. No hace falta más que un trapo con agua y unas gotitas de vinagre para sentir que limpio no solamente a nivel físico, sino también a nivel energético. En nuestro caso utilizamos aceites esenciales de grado terapético y puros, por lo que rociamos también todos los lugares en los que había adornos de una festividad que ha terminado, con una bruma hecha con agua y White Angelica, una sinergia de aceites maravillosa que protege y acaba con las energías estancadas y las emociones que se nos han podido atragantar, en nuestros cuerpos. Después de rociar el espacio nos rociamos nosotras, cerrando los ojos y echando la bruma encima de nuestras cabezas, de manera que sintamos las pequeñas partículas de agua caer a nuestro alrededor. Ahora sí, el Ritual de cierre ha terminado. Nos miramos y nos decimos gracias, yo se lo digo a ella primero: «Gracias, una Navidad más contigo, y un año mayor, ayudándome más, celebrando más… Ha sido un regalo para mí. Gracias por estar y por existir.»
Dejamos un par de días ese espacio vacío porque aparece entonces la necesidad de sentir qué es lo que pondríamos ahora. Vaciar y llenar de nuevo sería no permitir que surja en el interior el sentir profundo de conectar con lo que ahora, en el presente, está sucediendo. Nos lo encontraríamos en seguida y sí, sería igualmente la mesa de estación de invierno, pero me gusta dejar que en ella se manifieste alguna inquietud respecto a lo que siente.
Desde el día después de darle cierre a la Navidad, ya no escuchamos villancicos, ya sentimos que no, que estaría fuera de lugar. Ahí está parte del sentido del cierre, un Ritual se hace para calar más adentro que un discurso, lo sé pero también lo siento: «Siento que ya no es el momento y que estaría fuera de lugar, ahora hay que avanzar».
Y en estos momentos que quedan como transición entre rutinas, cuando solemos poner música, ya pongo la lista de reproducción invernal. En casa escuchamos las listas de reproducción de las estaciones de My Balanced Kid porque nos encantan. Aquí tenéis la de invierno. Desde ahora y hasta que llegue la primavera, en estos momentos de transición, pondremos esta lista de música (esto no quiere decir que no podamos escuchar nada más, ni que sea una norma rígida, todo lo contrario, cuando hay nuevas propuestas se escuchan y a veces variamos, pero se suele respetar que esto lo escuchamos en las transiciones, y suele ser en otros momentos cuando hay peticiones). Aclaro que son transiciones los momentos de cambio como, por ejemplo: después de desayunar mientras nos vestimos para ir al cole; o cuando toca preparar la ropa de dormir y poner la sucia a lavar, antes del baño. Los momentos de transición suelen ser complicados para gestionar, emocionalmente, en las casas. Y esto pasa porque los cambios cuestan: ¿Os reconocéis en el niñx pequeñx que no quiere entrar en la bañera pero que, cuando está dentro, no quiere salir? Es un ejemplo claro. La bañera la disfruta, lo que le cuesta es el momento de transición: entrar y salir. Rutinas como la de la música en estos momentos, siendo siempre la misma, la que conoce y se repite siempre, ayudan a generar raíces: Las ramas pueden moverse según el viento, no sé qué pasará hoy en el cole, por ejemplo, pero las racíces siguen firmes sosteniendo, esto es seguridad en momentos de cambio.
Aproximadamente dos días después empezamos a sacar la Caja de la mesa de estación de invierno. Mi hija tiene 5 años y la mesa de estación se pone en casa desde que nació, como es algo habitual en nuestro hogar ya tenemos el hábito de guardar los elementos de cada mesa en cajas que etiquetamos con el nombre correspondiente. Así, cuando la vamos a buscar al armario y la sacamos, sabemos que dentro de ella está todo lo que colocamos el año pasado, y también las manualidades que hicimos en ese momento.
¿Qué es una mesa de estación?
La mesa de estación es un espacio del hogar en el que mostramos el paso cíclico del tiempo, de la naturaleza, y lo traemos con amor para recordarnos que lo que es afuera es adentro. Es un trocito de naturaleza en el hogar, un reflejo del estado de la Madre Tierra.
A mí me gusta decir que la mesa de estación muestra la natura de fuera y la de dentro, pues sin necesidad de palabras nos enseña, a medida que pasan los años, que estos cambios están también dentro de nosotrxs como animales que somos, que esta ciclicidad de la naturaleza está también en nuestro interior.
Es decir, que formo parte de algo más grande aún que papá y mamá (¡qué alivio, hay algo más!), que mi familia también es la naturaleza y estoy conectada a ella. Este hecho puede parecer poco trascendente pero resulta ser una variable muy importante cuando crecemos y pasamos crisis vitales. No ser huérfanos espirituales, tener algo bello, una lucecita dentro a la que agarrarse, salva de muchos baches. Cuando he mirado abajo y he caído siempre me ha recogido un campo de flores. He visto el abismo, lo oscuro, he estado en crisis pero la belleza de lo que he encontrado dentro del todo, ese campo de flores, me ha parado el golpe. A esto me estoy refiriendo.
¿Qué contiene una mesa de estación?
Una mesa de estación tiene que contener una representación de cada uno de los reinos naturales, ya que son los que la conforman en su totalidad. Así, el reino mineral corresponde a una piedra, cuarzo o concha; el reino vegetal a una rama, un tronco, una hoja; el reino animal a un animal del tiempo (suelo aprovechar para trabajar con animales arquetípicos en cada estación, es decir, con aquellos animales que, por sus cualidades o características determinadas, pueden enseñarnos mucho, pueden ofrecernos medicina para nosotrxs, en este tiempo. Hablo de ello extendiéndome en Crianza Cíclica Invierno.); el reino humano a una persona y una hada. Además, solemos colocar una vela que hemos hecho nosotrxs mismxs, pues la encendemos a diario, el ratito en el que nos disponemos a estar delante de la mesa para explicar el cuento. La vela se crea con nuestras manos, la encendemos, la apagamos y se acaba consumiendo. Esto es un ejemplo de actividad significativa: aquella que hacemos desde el principio con los niñxs, se utiliza para un fin concreto en un momento concreto, y se acaba cuando ya se ha consumido, fruto del uso que le hemos dado. La empezamos y la acabamos, para volver a hacer otra.
Las imágenes del tiempo son importantes, y por ello siempre colocamos los cuentos de las estaciones, de la colección de Gerda Muller, de pie, en la mesa de estación. Las ilustraciones son tan maravillosas, siendo detallistas pero sin colapsar los sentidos, que no hay otros iguales para este fin, según mi punto de vista. Vamos pasando las páginas del cuento a medida que el invierno va pasando, dejando abierta la última página durante el mes de marzo, cuando la primavera va asomando la cabecita para recordarnos que no hay que perder la esperanza nunca, pues ella siempre llega después de un largo, oscuro y frío invierno.
Es importante decir que una mesa de estación tendría que contener solamente elementos naturales: madera, piedra, lana, cera de abeja… Y que el plástico, al no ser natural, no tendría espacio en ella.
¿Cómo integramos la mesa de estación en el hogar?
La mesa de estación no necesita esfuerzo ni trabajo, por parte del adulto, para ser puesta en valor dentro del hogar. Es más un tema de actitud, más un tema del ser que del hacer. Así es como lo entiendo yo.
Si llevamos a cabo el proceso de su creación con mimo, si creamos una atmosfera de ritual cuando la creamos, y si sentimos que ese es su lugar y que en nuestro hogar hacía falta tener una, estaremos creando un espacio emocional y energético profundo y bello, para nuestra mesa de estación.
Mi propuesta es la siguiente: Coloca en la mesa de estación un recipiente circular (el círculo es importante en un espacio en el que estamos integrando el tiempo no lineal) y explica a tu hijx que ese es el espacio destinado a que pueda traer sus tesoros de invierno. Deja que el niñx participe y sienta que la mesa es también suya, y deja que ésta esté viva y muestre los intereses de tu hijx, que pueda aparecer y desaparecer esa rama que trajo del parque, por ejemplo. De esta manera, si hoy trae del patio del cole una piedra preciosa y la coloca, si mañana pone una piña, o algo que ha encontrado y le ha maravillado, y en algún momento de inspiración habláis de ello, te lo presenta, explica, etc. estaréis generando un espacio de conversación auténtica y profunda alrededor de la mesa de estación. Y este sería un ejemplo de mesa de estación muy bien aprovechada.
Un momento de inspiración es un espacio de tiempo en el que vamos para dentro, en el que conversamos tranquilamente o estamos en silencio, leemos, contamos un cuento, hacemos una manualidad…. La mesa de estación tiene que integrarse en alguno de los momentos de inspiración del hogar. El ritmo de la vida se compone de momentos de inspiración y momentos de expiración, alternados, como el ritmo mismo de la respiración. Un niñx necesita sacar energía hacia fuera jugando, bailando o saltando (expiración) para poder vivir después un momento de inspiración (calma, quietud, conexión interior).
Lxs niñxs pueden vivir varios momentos de expiración seguidos, pero no varios momentos de inspiración seguidos, pues la capacidad de quietud (que supone tener unas habilidades naturales y que no se pueden enseñar, adquiridas, maduran con el tiempo y lo hacen justamente gracias al movimiento, que corresponde a la expiración). Es decir, sin expiración no podemos tener inspiración. Sin movernos no ayudamos a que el niñx desarrolle las capacidades de poderse quedar quieto. ¡El movimiento junto con la palabra son básicos para el desarrollo pleno y saludable de un niñx!
Cada hogar tiene sus rutinas establecidas, y no hay una única fórmula para integrar la mesa de estación en un momento de inspiración, pero puedo explicaros cómo la integramos nosotras, para que os pueda servir de ejemplo, si lo necesitáis.
Nosotras leemos mucho, contamos muchos cuentos y nos explicamos muchas historias. Vengo de familia lectora y contadora, lo llevo en la sangre, en mi tierra, en mi aire y en mi fuego interior. Me gusta narrar, imaginar en voz alta y cantar. Y desde que soy madre doy rienda suelta a esta faceta, pues en mi don está mi pasión y de pasiones que surgen del alma se alimentan las de nuestras crías. Dicho esto, el momento mesa de estación de cada día surge a la hora del cuento de la tarde, después de cenar, cuando contamos el cuento de estación que tenemos en la cesta que hemos dispuesto debajo de la mesa. Esta cesta contiene 3 o 4 cuentos de invierno, y cada día dejo que ella escoja cuál desea escuchar. Cuando era más pequeña tenía uno, que cambiaba mes a mes, pues sabía que era importante menos y de buena calidad. Ahora es imposible hacerlo, pues para ella es importante escoger, pero solamente tenemos buenos cuentos, los que son, realmente, de calidad.
Para empezar, te sugiero unas cuantas ideas:
- Coloca un recipiente circular en la mesa y explica que está ahí para dipositar los tesoros que encontréis en el exterior.
- Dedica un rato diario, siempre a la misma hora aproximadamente, a interesarte por lo que contiene el recipiente (puedes poner algo tú, también) y deja que surja una conversación a raíz de ese elemento.
- Cread la vela de la mesa de estación con vuestras propias manos, y juntxs. Crear juntxs un elemento tan importante para el ritual del cuento generará un vinculo con el espacio y el tiempo del ritual.
- Propon hacer la hora del cuento cerca de la mesa de estación y enciende la vela para mostrar que el ritual del cuento empieza. Al terminar apaga la vela y recita la rima o frase habitual para cerrar el ritual del cuento.
- Cuando pasen unos días, y según la edad de lxs niñxs, invita a que ellxs enciendan y apaguen la vela, para hacerles partícipes del ritual.
- Puedes dejar, en la mesa o cerca, algún elemento que invite a la calma y a la paz. El espacio de la mesa es un espacio de inspiración, y como tal puede usarse para relajarnos o conectar con nosotrxs mismxs, también. Nosotras tenemos una dilución de lavanda que usamos cuando estamos nerviosas, y libremente nos acercamos para poner unas gotas de esa dilución en las manos y en el corazón, cuando lo necesitamos.
Espero que este post te haya servido de inspiración, aquí tienes el enlace al vídeo del directo de Instagram con @biblioamposta, en el que hablamos sobre la mesa de estación de invierno.
CAJA «MESA DE ESTACIÓN DE INVIERNO»:
Si deseas integrar una mesa de estación en tu aula o hogar te hemos preparado una Caja «Mesa de estación de invierno», con todos los elementos necesarios para ello. La Caja contiene la Guía «Inspiración Waldorf en el hogar: Integrar la Mesa de estación de invierno», que complementa y amplía la información sobre la mesa de estación, y te da ideas para celebrar a su alrededor, con lxs niñxs, y todos los elementos necesarios para crear tu Mesa de estación invernal. ¡En promoción hasta el 1 de febrero!
¿Qué contiene una Caja «Mesa de estación de invierno»?
- Tela azul de 50×60 cm.
- Lámina de cera de abeja natural y mecha de cáñamo natural para hacer la vela, con las instrucciones DIY.
- Pastor de invierno de Tronkets realizado a mano, artesanalmente, con madera de olivo y lana de oveja.
- Hada de invierno, realizada a mano, artesanalmente, con lana de merino natural.
- Cuenco de trapillo de Tronkets, para colocar los tesoros.
- Guía «Inspiración Waldorf en el hogar: Integrar la Mesa de estación de invierno», con más ideas e inspiración para sacarle todo el jugo posible a vuestra mesa de estación.
- De regalo: Postal Snowdrop Fairy.
*Prepararemos dos Cajas: una con cuento y otra sin cuento. Sabemos que la colección de Gerda Muller es internacionalmente conocida y que muchxs de vosotrxs ya lo tenéís, así que podéis comprar la Caja CON o SIN cuento.
- Quiero la Caja «Mesa de estación de invierno» CON cuento.
- Quiero la Caja «Mesa de estación de invierno» SIN cuento.
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